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Cuando creíamos que el cat content había pasado de moda, llega esta película de animación para dejarnos con las patitas colgando. Ganadora de cuatro premios en Annecy y proyectada en Un Certain Regard de Cannes, Flow nos sumerge (literalmente) en una experiencia hipnótica: una inundación de proporciones bíblicas obliga al Gato protagonista, tan suyo como cualquiera de estos adorables felinos, a compartir refugio con otras especies en una suerte de arca de Noé. Tras su prodigioso debut, el letón Gints Zilbalodis da un paso más en la narración muda con esta odisea introspectiva que brilla por su insólita fluidez visual y anuncia a un futuro maestro del género. Su obra recuerda a Michael Dudok de Wit o Tomm Moore, pero en su virtuosismo se advierte la huella de Alfonso Cuarón o hasta Béla Tarr, al que rinde homenaje expreso. Para ronronear.